“Todos con el Sahara Occidental”, esa parece ser la consigna para todo aquel que habita dentro del Reino de Espanya —monárquicos y republicanos, izquierda y derecha, nacionalistas españoles y patriotas catalanes, gallegos y vascos. Es como si la causa saharaui gozase de una simpatía generalizada y todos pretendiesen colaborar con aquel subyugado pueblo africano.
Rosa Diez, enemiga de los pueblos oprimidos, posa con la bandera saharaui. El anticomunista Cayo Lara, con los presos políticos saharauis, pero contra los presos políticos españoles, vascos, galegos y catalanes.
La realidad, en cambio, es bien diferente, y la solidaridad supuestamente “internacionalista” con la que posan las organizaciones izquierdistas es eso mismo: pose, y nada más.
Dentro de la burguesia española existen dos tendecias con respecto a la cuestion saharaui: Una pretende dejar las cosas como están. La otra está incomoda con la situación y cree que sería provechoso para los “intereses nacionales” que el Sahara Occidental, antigua provincia española, conquistase la independencia para, acto seguido, convertirse en un títere de los neocolonialistas. Un nuevo pais extremadamente pobre y poco poblado sería más manejable para los intereses de los imperialistas españoles, tanto o más que Marruecos. Eso es lo que tienen en mente.
Dentro de la burguesia española existen dos tendecias con respecto a la cuestion saharaui: Una pretende dejar las cosas como están. La otra está incomoda con la situación y cree que sería provechoso para los “intereses nacionales” que el Sahara Occidental, antigua provincia española, conquistase la independencia para, acto seguido, convertirse en un títere de los neocolonialistas. Un nuevo pais extremadamente pobre y poco poblado sería más manejable para los intereses de los imperialistas españoles, tanto o más que Marruecos. Eso es lo que tienen en mente.
Por lo tanto, la izquierda adicta al régimen burgués, lejos de luchar de forma radical, independiente e internacionalista por la emancipación de las naciones (o tribus) oprimidas, lo único que hace es postularse como defensora de un ala de la burguesía española, dando un barniz ‘progre’ a su perversos intereses capitalistas.
¡Imperialistas españoles, fuera de Ceuta y Melilla!
¡El principal enemigo está en el propio país!
Furgoneta de la Ertzaintza, cuerpo represivo destinado a reprimir a los vascos de la región sudoccidental, para los saharauis.
Miguel Sanz, presidente españolista de la Alta Navarra/Nafarroa Garaia, con el presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz. M. Sanz dice defender el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Rosa Diez, enemiga de los pueblos oprimidos, posa con la bandera saharaui. El anticomunista Cayo Lara, con los presos políticos saharauis, pero contra los presos políticos españoles, vascos, galegos y catalanes.