La verdad es la primera víctima de toda guerra, también de la guerra civil desatada en Libia. Mucho nos machacan las empresas burguesas de propaganda partidarias de una invasión imperialista sobre la implicación de soldados de fortuna en tal contienda.
No se sabe hasta que punto es verdad lo que nos cuentan. Lo que no nos dicen es que sus filas se nutren de numerosos mercenarios dispuestos a cometer las peores tropelías contra la clase obrera y los pueblos del mundo. Nada más hay que recordar a los soldados de fortuna abatidos en Líbano durante la intervención del ejercito español.