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Pero hasta las demandas democráticas que presentan varios grupos de izquierda son de un carácter extremadamente limitado. Hay poca mención del reaccionario rey Juan Carlos, protector de ejército, la Guardia Civil y del resto del aparato represivo del estado capitalista. El campamento en la Plaza del Sol se pronunció por el fin de la monarquía, pero ¿para sustituirla con qué? Al intentar movilizar a la clase obrera, a los pobres y a los sectores duramente golpeados de la pequeña burguesía para luchar en contra del ataque capitalista, un núcleo revolucionario lucharía por el derribo de la monarquía, heredada del régimen de Franco, en la lucha por una república obrera. Asimismo defendería el derecho a la autodeterminación y la independencia de Euskadi, el País Vasco dividido y oprimido por España y Francia, por la devolución de los enclaves de Ceuta y Melilla a Marruecos. Llamaría por la movilización de los sindicatos en contra de los ataques policíacos perpetrados contra las protestas antiausteridad, como el brutal ataque de los Mossos d’Esquadra contra manifestantes de Barcelona el 27 de mayo, y por la conformación de grupos de autodefensa. Es evidente, desde luego, que esto conduciría a choques con la política de “no violencia” (frente al estado) de los organizadores. ¿Dónde están las consignas en defensa de los inmigrantes? Los trotskistas luchan por el elemental derecho democrático de plenos derechos de ciudadanía para todos los inmigrantes, con o sin papeles, tal y como fue realizado por la Comuna de Paris en 1871 y la Revolución Bolchevique de 1917.
--El Internacionalista, 2011ko maiatza